La amputación radicular es un procedimiento odontológico especializado en el cual se extrae la raíz de una pieza con varias raíces. Luego, el diente se estabiliza y se le devuelve la funcionalidad completa mediante una corona o un empaste. De los dientes con más de una raíz, los más adecuados para el procedimiento de amputación radicular son los molares ubicados en la parte posterior de la boca. Estos dientes grandes y planos tienen dos o tres raíces, dependiendo de si están ubicados en la mandíbula superior o inferior.
La finalidad general de la amputación radicular es evitar la extracción de un diente lastimado o enfermo. La mayoría de los odontólogos están de acuerdo en que no hay nada mejor que preservar un diente natural y saludable, y la amputación radicular hace que esto sea posible. Los implantes dentales, los puentes amplios y los reemplazos de piezas dentales personalizados pueden ser costosos y demandar mucho tiempo. Normalmente, la amputación radicular y el trabajo necesario en la corona son menos costosos y se pueden realizar en 1, 2 o 3 visitas cortas al consultorio.
¿Cuándo es necesario realizar una amputación radicular?
Es importante mencionar que la amputación radicular sólo puede realizarse en un diente que esté sano en los demás sentidos. Incluso en el caso de un diente “clave”, la extracción se realizará si el diente está enfermo, muy fracturado o con otro tipo de lesión. Para ser adecuado para realizar este procedimiento, el diente debe tener una superficie saludable, un soporte óseo fuerte y la encía subyacente tiene que estar sana.
Existen varios problemas que podrían llevar a que se realice una amputación radicular, entre ellos:
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Dientes y raíces rotos, fracturados o lastimados.
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Bacterias arraigadas dentro de la estructura radicular.
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Pérdida ósea grave en una zona concentrada, debido a una periodontitis.
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Caries en una zona concentrada del diente.
¿Qué implica la amputación radicular?
Antes de realizar la amputación radicular, se debe llevar a cabo un tratamiento de conducto. La amputación en sí misma implica realizar un corte profundo dentro del diente, donde se encuentran los vasos sanguíneos y los nervios. Es por esto que se debe extraer la pulpa dentaria, incluidos los vasos sanguíneos y nervios, antes de la resección radicular. El tratamiento de conducto y la amputación radicular se realizan bajo los efectos de anestesia local.
Durante el procedimiento de amputación radicular, se hace una incisión pequeña en la encía para poner al descubierto las raíces del diente afectado. Se hace un corte en la raíz para separarla del resto del diente y luego se la extrae. Para matar a las bacterias remanentes, se limpia toda la zona con una solución salina y luego se sutura la incisión para cerrarla.
Por último, se coloca una corona o un empaste temporarios para asegurar el diente. Dependiendo de la situación específica, podrían recetarse analgésicos, antibióticos y enjuagues bucales antimicrobianos medicados. Después de 7 o 10 días, la encía se habrá curado y se quitarán los puntos. En ese momento podrá programarse la colocación de una corona o empaste permanentes.
Si tiene alguna pregunta o inquietud acerca de las amputaciones radiculares, consulte a su odontólogo.