Está bien documentado que las personas con diabetes son más susceptibles a sufrir infecciones que quienes no padecen diabetes. Un hecho que no se conoce mucho es que las enfermedades periodontales se suelen considerar la sexta complicación de la diabetes, en especial cuando no se la controla adecuadamente.
Las enfermedades periodontales (que también suelen denominarse periodontitis y enfermedades de las encías) son una afección progresiva que suelen provocar la pérdida de piezas dentales si no se recibe un tratamiento rápidamente. Las enfermedades periodontales comienzan con una infección bacteriana en el tejido gingival que rodea los dientes. A medida que las bacterias colonizan, las bolsas en las encías se profundizan, las encías se retraen al destruirse el tejido, y con el tiempo la periodontitis ataca el tejido óseo subyacente.
La diabetes está caracterizada por una abundancia de glucosa (o azúcar) en la sangre. Las personas con diabetes tipo II no pueden regular los niveles de insulina, es decir que el exceso de glucosa permanece en su sangre. Las personas con diabetes tipo I no producen nada de insulina. La diabetes es una afección grave que puede provocar enfermedades cardíacas y accidentes cardiovasculares.
Motivos para relacionar ambas enfermedades
Los expertos consideran que la relación entre la diabetes y las enfermedades periodontales pueden empeorar ambas afecciones si no se controla adecuadamente una de ellas.
A continuación mencionamos algunos vínculos entre la diabetes y las enfermedades periodontales:
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Aumento del azúcar en sangre: las enfermedades periodontales moderadas y graves elevan el nivel de azúcar en el organismo, aumentando la cantidad de tiempo que el cuerpo tiene que funcionar con mucha azúcar en sangre. Por eso, los diabéticos que también sufren periodontitis tienen dificultades para controlar el azúcar en sangre. Además, el mayor nivel de azúcar en la boca de los diabéticos alimenta a las mismas bacterias que empeoran las infecciones periodontales.
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Engrosamiento de los vasos sanguíneos: el engrosamiento de los vasos sanguíneos es otra de las principales preocupaciones de los diabéticos. Normalmente, los vasos sanguíneos desempeñan una función vital para los tejidos, llevándoles nutrientes y eliminando productos de desecho. La diabetes hace que los vasos sanguíneos se engrosen demasiado, lo que evita que pueda producirse ese intercambio. Eso significa que los desperdicios nocivos quedan en la boca y pueden reducir la resistencia del tejido de las encías, pudiendo provocar una infección y enfermedades de las encías.
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Fumar: el fumar causa enormes daños en la región oral. Fumar no solo demora el proceso de curación, sino que también aumenta las posibilidades de que se produzcan enfermedades periodontales. Los diabéticos que fuman corren un riesgo exponencialmente mayor. De hecho, los fumadores diabéticos de 45 años o más tienen una probabilidad 20 veces mayor de padecer enfermedades periodontales.
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Mala higiene bucal: es esencial que los diabéticos mantengan su salud bucal en excelente estado. Si no se cepillan los dientes ni usan hilo dental todos los días, las bacterias orales dañinas pueden ingerir el exceso de azúcar en los dientes y tener una mayor libertad para colonizar la línea de las encías. Eso agrava los problemas metabólicos que sufren las personas con diabetes.
Diagnóstico y tratamiento
Es primordial que las personas con algún tipo de diabetes consulten al odontólogo al menos dos veces al año para realizarse controles y limpiezas profesionales. Los estudios demuestran que los tratamientos periodontales simples y no quirúrgicos pueden disminuir la cantidad de HbA1c (hemoglobina glucosilada) hasta un 20 % en un período de seis meses.
El odontólogo utilizará la historia médica, los antecedentes familiares y las radiografías de la boca del paciente para evaluar el riesgo de padecer enfermedades periodontales y determinar en qué condiciones precisas se encuentran las encías, los dientes y la mandíbula. Si fuera necesario, el odontólogo trabajará junto a otros médicos para verificar que tanto la diabetes como la enfermedad de las encías se estén controlando y tratando lo más eficazmente posible.
Los procedimientos no quirúrgicos que realizan los odontólogos y los higienistas dentales incluyen la eliminación del sarro, en los casos en que se deba eliminarlo de las piezas dentales por encima y por debajo de la línea de las encías, y el alisado radicular, en los casos en que se deba alisar la pieza dental para eliminar las bacterias remanentes. Es posible que se apliquen antibióticos en las bolsas de las encías para ayudar a la curación.
Antes y después del tratamiento periodontal, el odontólogo y el higienista recomendarán métodos para que el paciente se realice los cuidados y mantenimientos bucales adecuados en su casa, además de recetarle enjuagues bucales que eviten una mayor colonización por parte de las bacterias.
Si tiene alguna pregunta o inquietud acerca de la diabetes o las enfermedades periodontales, consulte a su odontólogo.