Labio leporino y paladar hendido

 
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El labio leporino y el paladar hendido son dos defectos congénitos frecuentes pero muy distintos que afectan aproximadamente a uno de cada 700 recién nacidos. Estas deformidades del desarrollo se producen durante el primer semestre de embarazo: el labio leporino en la séptima semana y el paladar hendido en la novena semana.  El labio leporino y el paladar hendido se producen de forma simultánea en aproximadamente la mitad de todos los casos y en forma separada en casi un cuarto de todos los casos.

El labio leporino es básicamente una separación de los dos lados del labio. En muchos casos, esta separación incluirá el hueso y la encía de la mandíbula superior. El paladar hendido se produce cuando los lados del paladar no se “fusionan” a medida que se desarrolla el feto, lo cual produce una abertura en el paladar.

Las deformidades bífidas se categorizan conforme a su ubicación en la boca y al tamaño del defecto.

Unilateral incompleta: una deformación bífida en un solo lado de la boca que no se extiende hasta los orificios nasales.

Unilateral completa: una deformación bífida en un solo lado de la boca que se extiende hasta el orificio nasal correspondiente.

Bilateral completa: deformidades bífidas más grandes que afectan a ambos lados de la boca y que se extienden cada una hasta el orificio nasal correspondiente.

Deformidad bífida microforme: un caso leve de labio leporino que puede simplemente formar un bulto sobre el labio o una pequeña cicatriz que se extiende hasta el orificio nasal.

Motivos para la corrección del labio leporino y el paladar hendido

El labio leporino y el paladar hendido son deformidades que pueden tratarse sin problemas, si bien puede ser necesario contar con un equipo completo de diferentes especialistas para tratar la afección en su totalidad. El pronóstico para quienes padecen estas afecciones y reciben tratamiento correctivo es excelente: tanto a nivel médico, físico, dental como emocional.  Sin embargo, existe una serie de riesgos para quienes no reciben tratamiento correctivo:

  • Habla: los niños que nacen con una deformidad bífida son propensos a experimentar problemas en el habla a menos que reciban tratamiento.  Los problemas en el habla perjudican el desarrollo social y emocional del niño.
  • Alimentación: los bebés con paladar hendido o labio leporino completo tienen problemas para alimentarse. La brecha implica que los líquidos pueden pasar de la boca a la cavidad nasal. Esto puede ser peligroso a menos que se alimente al niño en posición erguida.
  • Pérdida auditiva e infecciones frecuentes de oído: el paladar hendido puede provocar que las trompas de Eustaquio (que conectan la garganta con el oído) estén mal posicionadas. La acumulación de líquidos que resulta de esta mala posición puede provocar dolorosas infecciones del oído medio.  Las infecciones graves y prolongadas en el oído pueden provocar una pérdida total de la audición.
  • Problemas dentales: las anomalías de la mandíbula superior, las encías o el arco pueden provocar que los dientes queden retenidos (no puedan erupcionar) o estén completamente ausentes. La forma de la boca podría no permitir el correcto cepillado, lo cual puede provocar enfermedades periodontales y caries.

¿Qué implica el tratamiento del labio leporino y el paladar hendido?

En primer lugar, los cirujanos trabajarán para cerrar las aberturas bífidas durante los primeros seis meses de vida del bebé. Lamentablemente, esto no cura los problemas dentales que se producen como resultado del labio leporino y el paladar hendido. El odontólogo realizará un examen completo de los dientes que rodean la deformidad. Generalmente se tomarán radiografías panorámicas que le permitan al odontólogo determinar el mejor plan de tratamiento.

El odontólogo puede implantar dientes para llenar las brechas resultantes o colocar aparatos en los dientes para alinear correctamente el arco superior. Estos tratamientos restaurarán la funcionalidad de la mandíbula y mejorarán la apariencia estética de la sonrisa. El trabajo de restauración dental generalmente puede realizarse bajo anestesia local y no requiere hospitalización.

Si su hijo nació con alguna deformidad bífida, le recomendamos ampliamente que se comunique con nuestro consultorio para programar una consulta.

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