Los cirujanos orales y maxilofaciales son especialistas capacitados para hacer frente y tratar traumatismos faciales. Existe una cantidad infinita de formas en que se puede dañar el rostro de una persona y por consiguiente, hacer necesario realizar algún tipo de reconstrucción. Los accidentes, las caídas, los choques automovilísticos y la violencia son algunas de las causas más comunes. Estas situaciones causan algunas de las principales lesiones faciales: laceraciones, dientes fracturados, mandíbulas fracturadas, huesos faciales fracturados, dientes expulsados y laceraciones intraorales.

Al evaluar el traumatismo, los profesionales de la salud utilizan tres categorías principales:

Lesiones en tejidos blandos: los traumatismos de tejidos blandos incluyen laceraciones en la piel y cualquier tipo de daño intraoral (en las encías).

Piezas dentales avulsionadas (expulsadas de la boca): las lesiones a las piezas dentales son muy comunes y se deben tratar de inmediato para asegurar que el reimplante sea exitoso.

Lesiones óseas: esta categoría abarca la totalidad del rostro, por lo que incluye la fractura de pómulos, mandíbula, cuencas oculares, paladar y nariz.

Regiones especiales: las regiones especiales hacen referencia a los nervios en el rostro, los ojos y las glándulas salivales.

Motivos para realizar una reconstrucción por traumatismo facial

Además de las razones estéticas obvias para reparar el daño al rostro, un traumatismo, por pequeño que sea, puede producir varios problemas médicos y odontológicos graves. Ninguna lesión facial debería tomarse a la ligera. Según la ubicación exacta de la lesión, se podrían ver perjudicadas en gran medida actividades como respirar, hablar y tragar.

Si bien la fractura de huesos faciales suele tratarse en la sala de emergencia, los daños que reciban las piezas dentales podrán recibir una pronta solución por parte del odontólogo. Si no se reciben tratamientos contra los traumatismos faciales y dentales, podrían producirse problemas a largo plazo, por ejemplo:

• Pérdida de funcionalidad: cuando las piezas dentales son víctimas de un traumatismo, podrían quedar sueltas en sus alvéolos y hacer que comer y hablar sea mucho más difícil.
  
• Estética de la sonrisa: las piezas dentales partidas, rotas o faltantes perjudican la posibilidad de tener una sonrisa hermosa. El odontólogo puede reparar con facilidad piezas dentales que se encuentren en las condiciones mencionadas.
  
• Irregularidades en la mordida/mandíbula: después de sufrir un traumatismo, es posible que las piezas dentales queden muy mal alineadas. La mala alineación de los dientes puede producir un TATM, dientes desparejos y otras complicaciones.

¿Qué implica la corrección de un traumatismo facial?

Si se produjo una fractura o rotura de huesos faciales, se los deberá tratar prácticamente de la misma manera que cualquier otro hueso roto. Lógicamente, no se podrá aplicar un yeso sobre el pómulo, pero pueden sostenerse los huesos firmemente unidos mediante alambres o colocando pequeñas placas y tornillos. Las laceraciones en tejidos blandos se tratarán de inmediato suturándolas.

Incluso en los casos en que un diente haya sido expulsado completamente de la boca, existe la posibilidad de reinsertarlo. Cuanto antes pueda reinsertarlo el odontólogo, mayor será la probabilidad de que el diente natural sobreviva. En caso de que la pieza dental no tenga los ligamentos necesarios para la reinserción, el odontólogo puede implantar una prótesis que restituya la funcionalidad y la apariencia estética. Además, el odontólogo puede “entablillar” con gran éxito las piezas dentales desplazadas con un soporte estructural como, por ejemplo, el bonding (empastes de resina) o alambres. Otra posibilidad en el caso de dientes flojos o rotos es llevar a cabo un tratamiento de conducto.

El odontólogo realizará un examen minucioso y tomará varias radiografías para determinar la situación exacta del área afectada y planificar un tratamiento. Se recetarán analgésicos según sea necesario y recibirá indicaciones posteriores al tratamiento para su recuperación.