El Botox® como tratamiento alternativo para los trastornos de la ATM

 
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Los trastornos de la articulación temporomandibular (TATM o ATM) presentan una dificultad particular en su diagnóstico y tratamiento.  Muchos de los síntomas relacionados, tales como dolores de cabeza y de oído, a menudo llevan a los médicos a diagnosticar una sinusitis en lugar de un problema en la articulación de la mandíbula.  Los síntomas de los trastornos de la ATM a menudo difieren en su gravedad en función de la cantidad de estrés que padece el paciente.  Durante un período de mucho estrés, el paciente puede rechinar los dientes y padecer dolores de oído debilitantes y tétanos.  Las inyecciones de Botox® algunas veces constituyen una forma eficaz e indolora de aliviar la tensión en la articulación temporomandibular, además de disminuir el dolor de la mandíbula, los dolores de cabeza y el padecimiento.

El Botox® generalmente se asocia con prácticas estéticas, incluidas la eliminación de las líneas del entrecejo y las arrugas faciales.  Sin embargo, recientemente el Botox® se ha convertido en un tratamiento cada vez más popular para los trastornos de la ATM.  Si bien algunos síntomas de estos trastornos pueden mejorar sin ningún tratamiento específico, el Botox® ofrece un alivio rápido y prolongado para los que no lo hacen.

Estos son algunos de los principales beneficios que el Botox® les ofrece a los pacientes con trastornos de la ATM:

  • eliminación de los dolores de cabeza provocados por el rechinamiento nocturno;
  • disminución del tétanos;
  • alivio de las molestias que se sienten al utilizar la mandíbula;
  • disminución del dolor de hombros y de cuello;
  • disminución sustancial de la tensión mandibular.

¿Cómo funciona el Botox®?

La articulación temporomandibular se ubica a ambos lados de la cabeza, donde el cráneo se une con el hueso maxilar.  Esta articulación se utiliza de forma constante para una diversidad de actividades cotidianas tales como masticar, morder, hablar y tragar.  Las causas más destacadas de los trastornos de la ATM son el desplazamiento de la mandíbula y los movimientos mandibulares involuntarios relacionados con el estrés.  El Botox® ofrece un rápido alivio de la tensión temporomandibular al relajar los músculos de la mandíbula y así prevenir el movimiento mandibular inconsciente y poner fin a los dolores de cabeza relacionados con el rechinamiento de los dientes.  Esto significa que, en la mayoría de los casos, los movimientos mandibulares inconscientes cesan por completo y se previenen los dolores de cabeza relacionados con el rechinamiento de los dientes.

Una de las principales ventajas del Botox® es que no afecta las funciones normales tales como hablar, tragar y morder.  El único cambio importante es la disminución del dolor y las molestias.  Asimismo, controlar la ATM también puede prevenir graves problemas dentales a futuro.  Si no se tratan, los trastornos de la ATM pueden provocar caries, enfermedades en las encías y la pérdida de piezas dentales.

¿Qué implican las inyecciones de Botox®?

Antes de colocar las inyecciones de Botox®, el odontólogo debe verificar que el paciente resulta apto para el tratamiento.  Al utilizarse en combinación con determinados medicamentos y sustancias, el Botox® podría no producir los resultados deseados.  Por lo tanto, es fundamental que el paciente sea honesto al describir sus antecedentes médicos.  El Botox® no está recomendado para embarazadas o mujeres en período de lactancia.

La colocación de las inyecciones de Botox® toma aproximadamente de 10 a 20 minutos en función de la cantidad requerida.  Debido a que se trata de un procedimiento no quirúrgico, las inyecciones de Botox® pueden colocarse en el consultorio del odontólogo.  El tratamiento no influirá sobre la capacidad de conducir, por lo cual no hay necesidad de que el paciente vaya acompañado por un conductor designado.  Las inyecciones no producen mayor dolor que la picadura de un insecto o un pinchazo, pero puede emplearse óxido de nitrógeno (gas de la risa) para disminuir la ansiedad en caso de ser necesario.

El paciente puede retomar sus actividades normales inmediatamente después del tratamiento con Botox®, pero debe evitar las actividades extenuantes durante las 24 horas posteriores al procedimiento.  Puede tardar algunos días en sentir los beneficios completos del tratamiento, pero el Botox® continuará trabajando durante 3 meses.

Si tiene alguna pregunta o inquietud acerca de los trastornos de la ATM o el tratamiento con Botox®, comuníquese con nuestro consultorio.

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